En tiempos de pandemia y a la espera de alguna forma de inmunización es también momento de pensar cómo "blindar" nuestra inmunidad de forma sencilla y fácil.

La respuesta está a la vista, "Que el Alimento sea tu Medicina" ya venía diciendo Hipócrates miles de años atrás. Alimentos? SI,  lo que comemos en el día a día puede modular nuestra inmunidad para bien o para mal. 

¿En dónde exactamente se localiza nuestro sistema inmune? En nuestro centro, nuestro intestino, colonizado por un arsenal de pequeños microorganismos (virus, bacterias y arqueas) que envían señales para fortalecer o debilitar a nuestra inmunidad según las condiciones en que se encuentre.

Hagámonos  la siguiente escena;  nuestro intestino funciona como una gran  barrera fronteriza. Una gruesa capa de bacterias representa a los militares que monitorean el área. Ante la presencia de un posible invasor tenemos la primera barrera de defensa, nuestra Aduana; "La Inmunidad Innata" rápida y ágil mediada por Inmunoglobulina E o Ig E. Son soldaditos capaces de reconocer virus y bacterias infecciosas en las primeras 3 a 6 horas.

Ahora bien, si esta gran barrera por efecto del estrés, una mala dieta, medicamentos o sustancias tóxicas resulta agredida puede dejar filtrar no sólo invasores infecciosos sino también alimentos con proteínas agresivas de alto peso molecular como por ejemplo el gluten de algunos cereales y la caseína de la leche de vaca. El gastroenterólogo Dr. Alesso Fassano descubre hace unos 10 años atrás el efecto del gluten sobre las uniones de anclaje de nuestros enterocitos y confirma que el mismo es uno de los principales agresores de la barrera intestinal generando susceptibilidad y sensibilidades alimentarias. Efecto similar al de la caseína. Entonces si esta aduana no es capaz de actuar ante esta amenaza, la barrera cuenta con una segunda línea de defensa que son La Fuerzas Especializadas o Inmunidad Adquirida, ejercito lento pero preciso mediados por Inmunoglobulinas G o IgG. Ambos ejércitos dependen de los niveles de Vitamina D, Vitamina C, Zinc, Hierro, Vitamina A entre otros nutrientes que les proveemos a través de la alimentación.

¿Sabías qué el azúcar tiene afinidad por los mismos receptores en la célula que la vitamina C, por lo que podemos decir que una dieta rica en azúcares es inmunosupresora? ¿Sabías también que el estrés tanto físico como mental nos hace agotar nutrientes como la vitamina C, Magnesio, Zinc entre otros indispensables en estos tiempos? En este contexto, dos de los pasos más importantes que podemos tomar son moderar el consumo de azucares y gluten, y encontrar hábitos o actividades para manejar el estrés.

Para llevar el cuidado al siguiente nivel y dar un salto importante en la salud general e inmunidad, uno de los planes más recomendados y comprobados es el programa de las 4R, desarrollado por el Instituto de Medicina Funcional de EEUU (IFM) para mejorar la salud Intestinal y tratar patologías gastrointestinales:

1. RETIRAR: Alimentos que inflaman, tóxicos, sobrecrecimiento de bacterias, hongos y parásitos en el intestino que lo logramos complementando fitoterapicos como aceite de orégano (carvacrol como principal bioactivo), ajo en cápsulas, aceite de coco con ácido acrílico y laurico como principales bioactivos, todos potentes antifúngicos y antiparasitarios, jengibre y Omega 3 sólo por mencionar algunos.
2. RECOLOCAR: buenos hábitos de masticación y componentes que mejoren la digestión como lo son las enzimas digestivas en especial aquellas que contienen bromelina y proteasas para degradar proteínas, betaína HCL para estimular el ácido clorhídrico e infusiones de té como excelentes complementos para el efecto.
3. REINOCULAR: prebióticos y probióticos adecuados al caso, las multicepas de lactobacilos y bifidobacterias son bien conocidas por su capacidad de conferir abundancia al ecosistema intestinal y generar péptidos antimicrobianos para fortalecer nuestra inmunidad. Las fibras prebióticas como el psyllium dan lugar a la fermentación y fabricación de ácidos grasos de cadena corta generado por estas bacterias amigas como el Acetato, Propionato y Butirato. Los flavobioticos como el resveratrol de la uva, quercetina de la manzana y hesperidina de los cítricos también hacen la diferencia.¡Por favor no olvidemos que existen alimentos como la cebolla, ajo, achicoria y avena que también nos proveen de estas fibras indispensables!
4. REPARAR: la barrera de la mucosa intestinal dándoles los nutrientes necesarios como L-Glutamina potente antioxidante y principal fuente de energía de los enterocitos, Vitamina D capaz de modular el funcionamiento de las Células dendríticas para generar citoquinas antiinflamatorias y fortalecer nuestra inmunidad, zinc nutriente indispensable para mantener activo al batallón inmunológico como así también la Vitamina A, Vitamina C, Selenio y Zinc.

Finalmente para tener una acción local del tipo háptenica  existen Bioestimuladores (especie de neurotransmisores que envían señales al sistema inmune para defendernos posibles agresores sin generar antigenicidad).

En resumen, es  importante no distraer a nuestro sistema inmune con exceso de alimentos ricos en  "proteínas agresivas" (gluten y caseína) y dejar enfocar sus energías en defendernos ante verdaderas amenazas externas como los virus de la temporada. Controlar niveles de vitamina D. Aumentar los alimentos verdaderos (frutas, verduras, etc) ricos en inmunonutrientes para dar fuerza a nuestro batallón inmunológico. Reforzar con suplementos necesarios según indicación profesional y cumplir con la cuota de ejercicio y descanso recomendadas por la OMS,  claves para dar un receteo al organismo e inmunidad como así  también el manejo de estrés.

BLINDEMOS NUESTROS INTESTINOS EN TIEMPO DE PANDEMIA EN BUSCA DE UNA SALUD CRÓNICA.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------

Lic. Jimena Quevedo @nutribiotapy
Nutrición Ortomolecular
Microbiota Humana
-Miembro de la Sociedad Paraguaya de Microbiota Probióticos y Prebióticos.
-Miembro de la Asociación Paraguaya de Medicina y Nutrición Ortomolecular.
-Cofundadora del Proyecto Paraguay Probiotico.