El magnesio participa en innumerables procesos biológicos; entre ellos salud ósea, control de la presión arterial, función renal, producción de energía, síntesis proteica y hasta del ADN.

Mejora la digestión

El magnesio juega un rol fundamental en regular músculos, ritmo cardiaco e intestinal y sistema inmune. El magnesio tiene un efecto relajante sobre los tejidos, relajando las paredes intestinales y atrayendo además agua hacia el colon, ambos factores que favorecen evacuaciones frecuentes. Por eso forma parte de productos laxantes.

Sueño de calidad

Debido al efecto relajante del magnesio en el cuerpo, su deficiencia puede contribuir a un aumento de los niveles de estrés y ansiedad, lo que a su vez dificulta el dormir bien.

Además, el consumo de este mineral puede ser útil para aquellas personas con problemas del estado de ánimo como ansiedad y depresión.

Huesos fuertes

Normalmente, para una buena salud ósea pensamos en el calcio. Sin embargo, el magnesio también mantiene su estructura en forma. De hecho, la deficiencia de magnesio contribuye directamente a la osteoporosis (que se caracteriza por una pérdida de masa ósea) al actuar sobre la formación de cristales y las células óseas, e indirectamente al impactar sobre la secreción de hormona paratiroidea y promover una inflamación de bajo grado.

Se ha identificado una correlación positiva entre la ingesta de magnesio y la densidad mineral ósea en los adultos mayores, con lo cual optimizar la ingesta de magnesio apoya la salud ósea a largo plazo y puede ayudar a proteger contra la osteoporosis.

Presión arterial saludable

La deficiencia de magnesio puede provocar presión arterial alta, al elevar la tensión en el músculo liso de todos los vasos sanguíneos del cuerpo. Así, una ingesta de magnesio suficiente, se ha visto que apoya una presión arterial saludable

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Redactado por Kelly Bryant

Profesionales consultados:

• Dafna Chazin (dietista nutricionista)
• Joseph Galati (médico)
• Rebeca Lee (nutricionista)
• Carolyn Dean (doctora en medicina funcional)